Estar ocupado es una condición vital en la China continental

Beijing no para. Día y noche está en construcción. En su centro financiero, en sus barrios, en sus estaciones de tren el golpeteo, las voces, el movimiento de elevadores y obreros son permanentes. Tampoco cesa su tráfico infernal en las calzadas, en las ciclovías y en las veredas. Sus bancos no se cierran ni feriados ni domingos y el trajín de su gente no respeta ni las madrugadas.
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